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LA LACTANCIA ES UN ACTO SEXUAL

La Lactancia Materna es un Proceso Sexual

Al leer el título, es posible que tu mente empiece a procesar y te invada una mezcla de emociones y pensamientos. Es probable que esta afirmación no te deje indiferente, y que despierte en ti una serie de preguntas y opiniones. Esto es completamente natural, y de hecho, es un buen punto de partida para reflexionar.

La realidad es que amamantar a tu bebé es un acto fisiológico que forma parte de la sexualidad femenina, tal como lo es la menstruación o el embarazo. Pero, ¿por qué esta afirmación puede generar incomodidad en algunas personas? ¿Qué nos sucede cuando asociamos algo tan natural como la lactancia con la sexualidad?

Si te sientes incómoda o cuestionas esta asociación, no te preocupes; es algo bastante común en nuestra sociedad actual. Esta reacción revela un tema pendiente en nuestra percepción de la sexualidad.

¿Por Qué Nos Choca?

La primera pregunta que surge es: ¿por qué esta idea nos resulta perturbadora? La lactancia es un acto tan puro y natural que parece incompatible con nuestra idea de lo que es sexual. Pero aquí radica el núcleo del problema: ¿qué ha ocurrido en nuestras vidas, educación e influencias que nos ha llevado a desconectarnos tanto de nuestra naturaleza sexual, y a percibirla con desconfianza o incluso como algo perverso?

Somos seres sexuados desde el nacimiento. ¿Qué tiene de negativo eso? ¿Por qué nos cuesta tanto normalizar, visibilizar y aceptar la expresión auténtica y natural de nuestra sexualidad, especialmente la femenina?

Una Reflexión Personal y Colectiva

Te invito a reflexionar sobre esto por dos razones. En primer lugar, porque soy madre y tengo el privilegio de amamantar a mi bebé, disfrutando de este milagro de la vida. Y en segundo lugar, porque hace unas semanas fui víctima, junto con mi comadre que también está lactando, de un acto de discriminación. La propietaria de un local «familiar» se mostró incómoda y consideró inapropiado que estuviéramos alimentando a nuestros bebés frente a la barra de su establecimiento durante un evento de «gala». Según ella, aunque en España «se lleva» esta práctica, no era algo realmente normal.

Sé perfectamente que esto es denunciable, y que podríamos haber expuesto a esta persona, su empresa y todo lo que representa. Pero, por razones personales, decidí manejarlo de otra manera. Desde entonces, no he dejado de preguntarme cómo es posible que una mujer se sienta incómoda al ver a otra mujer sosteniendo la vida con todo su poder.

La Influencia de la Sociedad y la Sexualización

Sin profundizar demasiado, hay muchas razones que explican este fenómeno. En mi búsqueda por entender y mejorar mi propósito, veo claramente cómo el condicionamiento educacional, patriarcal y profundamente desconectado de nuestra sociedad «civilizada» impacta en la naturalidad del ser humano.

La gran sexualización y cosificación del cuerpo femenino, y en particular de nuestros pechos, hacen que muchas personas se sientan incómodas al ver a una mujer amamantando. ¿Por qué? Quizás porque lo que es bello puede ser sensual, y lo sensual, erótico. La energía de la vida mueve nuestros cuerpos sexuados, y nuestras mentes no han sido adecuadamente acompañadas para comprender y aceptar esto. No sabemos cómo naturalizar, integrar y canalizar nuestras energías sexuales de manera saludable.

¿Por qué nuestra mente está tan distorsionada sexualmente? ¿Por qué vemos provocación o pornografía donde no la hay? ¿Por qué sentimos vergüenza cuando nuestras sensaciones se despiertan? ¿Por qué percibimos la sexualidad como algo prohibido que debe esconderse? ¿Por qué nos castigamos mutuamente por vivir nuestra sexualidad de manera natural?

El Círculo Vicioso de la Represión

Es importante observar cuántas cosas, y estoy segura de que hay muchas más, condicionan la manera en que percibimos los cuerpos, las mujeres y, en especial, su naturaleza sexual. Cuando no está reprimida, la sexualidad femenina puede ser increíblemente placentera, incluso el acto de amamantar.

Nos autocensuramos y nos sometemos a estar solas y escondidas con nuestros cuerpos y sus sensaciones fisiológicas para no incomodar, no molestar, y no «despertar» ciertas emociones en las demás. ¿A quién o a qué, me pregunto?

Preferimos no mirar, no pensar, no hacer y no mostrar para evitar el contacto con las sensaciones que despierta la activación hormonal en nuestros cuerpos, sensaciones que a menudo son sumamente placenteras, ¡y no solo para quien amamanta!

Urge Integrar Cuerpo, Sexualidad y Placer

Es urgente revisar y trabajar en la integración de nuestra fisiología, sexualidad y placer corporal. Reprimir estos aspectos nos desconecta de todo, y especialmente de la vida. La sexualidad es vida. La sexualidad es energía de vida que penetra nuestro cuerpo. La sexualidad es el AMOR hecho cuerpo. ¿En qué momento nos olvidamos de esto?

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